lunes, 12 de diciembre de 2011

CHINA, A DEBATE.

Dinamarca. Septiembre de 1995. Allí se encendió una centrifugadora que, aun bajando sus vueltas, sigue revolviendo pensamientos, creencias, valores y vivencias. Hasta esa fecha yo también era de los que decía “como en España en ningún sitio”. Y, también como la mayoría de los que la predican, apenas había pasado de Despeñaperros. Y posiblemente hasta sea verdad –de hecho aquí vivo- pero es una afirmación que necesita ser manteada para comprobar su resistencia. Y Dinamarca supuso ese primer revolcón. Para mí, es la esencia de viajar; descubrir rasgos distintos  de culturas, palpar sociedades que se sustentan en valores totalmente dispares (consumismo, jing-jang, familia unida, éxito profesional, lujo, religión, educación y respeto…), jóvenes con formas tan dispares de divertirse, diversas concepciones del sexo, conversaciones políticas, etcétera. Así, cuando te sobran adjetivos para ensalzar tu dieta mediterránea, descubres otros ingredientes más nutritivos y hasta un horario de comida más lógico y sano. A lo que en tu país llaman tirar el dinero, no muy lejos le nominan alquiler e independencia desde jóvenes. Allí donde el estudiar prima por encima de todo, te topas con que la investigación es una alternativa tan válida o más. A un lado de la frontera un hijo puede ser el rey de la casa y al otro lado ser un estorbo y un gasto cuando son muchos. Crees que el arquitecto Educación, el delineante Sociedad y el obrero Familia han creado unos pilares perfectos. Y, de pronto, levantas los ojos, abres la rejilla de tu mente y los ves tambalearse. ¡Qué mareante y qué bello a la vez!
 
 
Y China es de esos sitios referidos que te hace reflexionar. En muchos sentidos. Para empezar porque tienes que integrar dos conceptos a los que no estás acostumbrado. Las variables distancia y gente entran en juego. No solo para el turista que echará días en ir de ciudad a ciudad, que andará kilómetros para llegar a una parada de metro o que tendrá que quedarse en el hotel porque no hay disponibilidad en vuelos o trenes, sino para la vida aquí. Se comprende (lo que alcanza uno a comprender en 20 días, claro está) que desaparezca nuestro querido “espacio vital”. No esperes que respeten tu sitio cuando se desplazan a la vez millones de personas en una ciudad. Olvídate del “sorry”, que recibirás codos, empujones y respiraciones por todos sitios. No hay otra manera. Serás un espécimen raro por ceder un sitio o esperar el verde en un semáforo. El despierto conseguirá un puesto de trabajo, una beca, o un asiento de bus. Que el adormilado no espere consuelo. No hay tiempo para ello. Y, a más alta escala, así se diseña la política económica (¿quién dijo microeconomía?), la educación (resultados globales), los transportes (capacidad y disponibilidad antes que seguridad y comodidad), la televisión (más de 1.000 canales de TV), la vivienda (rascacielos de todo tipo), todo….

Aun así tienes claro que el mejor sistema económico es el de total libre mercado, que la política occidental es la más acertada, que la gente es más libre y feliz en Europa, que no hay resquicios en nuestra sociedad y que somos más avanzados. Pero. Espera un momento. ¿Ese mismo occidente superior no es el que provoca movimientos como el 15M en contra del sistema político, electoral y representativo; el que sufre ratios de desempleo que se pasean amenazantes más allá del 20% y el que alentó una burbuja inmobiliaria y económica tan irreal como devastadora? ¿Y ese oriente deslavazado y atrasado no es el que se aprovecha de ese fair-play comercial, el que acaricia el cielo con edificios por doquier, el que expande su población por el mundo alcanzando unas reservas de divisas capaces de arrasar en un monopoly de deuda mundial y el motor industrial actual del planeta? Inevitablemente, te surgen las dudas. Analizando todo esto, me detengo en la gente y -aceptando el margen de error de toda generalización- no los ves tristes. Pero ¿esto no era un país pobre, corrupto e injusto? Ves vagabundos y gente pidiendo pero la mayoría viste bien, trabaja y aparenta normalidad y buen estado. Así que meto un poquito el dedo en la llaga y decido preguntar a los que me encuentro y a los que me encuentran. A años luz de ser una encuesta representativa, te pones del lado de los vetados Facebook, Blogger o Youtube, y dejas que la gente exprese su opinión.
 
 
Como Coli, que se presenta como contable pero que en la realidad sus cuentas resumen la gente que consigue timar. Mientras intenta sin éxito incrementar su contabilidad me cuenta que es una excepción en China  porque tiene dos hijos. La igualdad ‘una familia = un hijo’ puede transformarse en: ‘una familia, varios hijos = pérdida de ayudas, multas económicas y puede que hasta el despido en el trabajo por mala publicidad para la empresa’. Así pretende el gobierno alcanzar en el 2050 un punto de inflexión en su curva demográfica que cederá generosamente la primera posición de población mundial a una desbocada India. Es la contrapolítica al concepto maoísta ‘a más gente más fuerza’ que recuerda, Gang, coordinador de profesores en un centro escolar pekinés y enamorado de los dichos populares. En su despacho y rociados del aroma de un té relata las diferencias sociales de su país y lo difícil que es que te reconozcan tus habilidades laborales. Algo que no comparte la amiga apodada Eva. China de nacimiento pero habiendo vivido durante muchos años en Europa y EE. UU, representa esa nueva clase media floreciente. Justifica su vuelta al país para vivir in situ el momento histórico por el que pasa el desarrollo de China en este momento y al que contribuye con su pequeña empresa. Invita a la gente a venir y cree que es un momento de crecimiento enorme y de grandes oportunidades para todos, ricos y pobres. En cierto modo algo parecido a Carol, estudiante de abogacía de 22 años y loca por los mitos de Hollywood, que pertenece a esa joven generación que se topó con el tren ya en marcha y que define a China como “extraña”. Su madre le corrige; "de 20 años acá el país no hace más que crecer. Y no tiene visos de detener su ágil marcha". Un ritmo algo acelerado y descompensado según Caoyi Li, ingeniero mecánico y aspirante frustrado a una beca en Alemania. Enuncia sin reparos que está orgulloso de su nación y de la mutación actual. Aun así, airea sin tapujos que tampoco es oro todo lo que reluce; el gobierno controla los índices de desempleo, crecimiento, tasas de cambio y las maquilla a su antojo por lo que no los considera totalmente fiables. En cierto modo como un amigo anónimo que cree que China ha iniciado un camino sin retorno en el que o bien triunfa sin competencia o bien la velocidad resquebrajará la nación por el descontento de esos sectores desfavorecidos.
 
 
Más voces que prefiero no identificar secundan ese comentario del desequilibrio social interno. Más aun, parece que no es extraño que a la construcción de un gran edificio público le siga la detención del político o responsable de turno por malversación. La corrupción es un virus que se extiende por cada rincón y hay quien se lo acepta sin más, como es el caso de quien se  esconde bajo el apodo de Jackie, que necesita juntar 12.000 euros para obtener un visado y salir del país. Dinero que recibiría a su vuelta, eso sí. Algunos expatriados, desde su punto de vista, coinciden con David en sentir que están “en la cresta de la ola mundial”. “Aquí se mueve mucho más dinero del que puedas nunca imaginar” titulaba Víctor y. aunque hay gente como David y Dani que también han sufrido los efectos del recorte presupuestario, la mayoría siguen apostando porque China ascenderá, vanidosa y sin volver la vista atrás.

Supongo que sigo en la creencia de que nada justifica la censura, el recorte de derechos y el hermetismo político, pero admíteme ese “supongo” cuando ves que si estuvieras aquí tendrías trabajo, tu ciudad no pararía de extenderse, el país pasaría por un crecimiento desbordante, tu futuro sería esperanzador y tu hijo/a podría formarse en alguna de las muchas universidades chinas.


PD: Incorporo (y se aceptan colaboraciones) una posdata de dudas existenciales. La primera surge en esta región: ¿Cómo le dices a un chino que tienes que volver a tirar la foto porque ha salido con los ojos cerrados….?

6 comentarios:

  1. Especialmente interesante este post por la información recogida a "pie de calle" y la original idea.

    La reflexión del final dudando sobre si realmente es mejor un tipo de vida u otra (una con más "libertades" que otra) es arriesgada a la vez que muy jugosa para una discusión interesante, ya que creo que no todo es blanco o negro. Seguro que en esa conversación me llevaría más de una reprimenda pero es que todo es tan complejo...

    Un abrazo!

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  2. Indeed, the country is changing but the inland side is still to be developed. The Terracota Warriors arte told to move at night as per some spiritual power. I think China is going into capitalist despite we do not want to call it so. In regards with the people, it will take time to reducate so many millions people and their habits. Like in Shenzhen police is very strict with traffic rules. But it help more students can stay overseas and get back to China with new mentalities.

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  3. Pues sí, Manolo, me trataron muy bien. Respecto a lo de las minas aun se dan casos, sí. Ayer visité el museo de la guerra contra USA junto a un veterano norteamericano. Espeluznantes las fotos y sus historias "no oficiales".

    Ilde (y aquellos que me comentais por email), está claro que NADA justifica la falta de libertad, de expresión o las torturas. Dos ejemplos nímios: el comentario de Liu me lo ha mandado por email para que lo cuelgue yo porque no puede acceder al blog desde China. O que estoy en Saigon y he ido a Correos a mandar una caja con ropa y tal para aliviar peso y me la han revisado entera. Te avisan que pueden confiscar la caja por tener, como tenía yo, un pen drive, un CD no comprado aquí o simplemente monedas. Así que de vuelta con la caja para el hotel.

    Pero yo voy a que igual despreciamos demasiado pronto su modelo administrativo, político y social y, a la vista está, no tienen un 20% de paro, no hay sombras sobre su moneda, empiezan a regular el comercio mundial... Tiene muchas contras pero algo bueno, aunque sea poco, habrán hecho, digo yo.

    BC

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  4. Interesantes reflexiones, si, pero hay que tener mucha información sobre todo lo que pasa o deja de pasar allí y eso, no está al alcance de muchos... afortunado tú de poder escuchar opiniones a pie de calle, y afortunados nosotros de que lo compartas...
    En algo desde luego nos estamos equivocando en las economias y sociedades europeas y vemos como se acercan otras a pasos agigantados y como bien dices, sin decir 'Sorry'... Mi deseo es que sepamos como armonizar unas y otras.

    Contestación a tu PD: No se lo digas! dile que ha salido muy guapo... ;-P jajaja

    Un besote bien gordo!!!

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  5. Sí a todo. Lo difícil, y quizá imposible, es coger lo bueno de cada parte sin caer en la parte mala. Esto es para sentarse a tu vuelta y disfrutar de una buena conversación.

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  6. Sí, claro, es imposible arrancar solo lo mejor de cada sitio y el tema libertades ahí anda. Hoy he visto campos de genocidio y cárceles macabras de exterminio masivo en Phnom Phen (Camboya) y de hace solo 30 años y está claro que es inaceptable. Pero algo se sacaría seguro.

    Queda esa conversación pendiente, pues.

    BC

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