lunes, 30 de enero de 2012

SINGAPORE. IS THIS ASIA?



-          Excuse me, do you speak English?

-          Yes, of course, we are in Singapore

-          Humm, I am a bit lost and I wonder if you can help me.

-          Of course, tell me how, please.

-          Well, I was in Southeastern Asia a few hours back, then took a train and a bus and ended up here and I seem I am in another location.

-          Indeed you’re in Singapore, a small island South Malaysia. Why do you think you are not in Asia?

-          Because things seem to be different in so many aspects since I crossed to the island. I mean, people dress in a far more western style, roads, buildings and signposts are new everywhere (I mean, they exist!!), many western shops and restaurants, luxury all around, mansions, sport cars…

-          Yes, but still green is the predominant color, weather is hot, we also have Little India and Chinatown, many types of Asian food…

-          Correct, but in the rest of Asia where I’ve been, people show up curious, they look at you at the eyes, smile or make laughs at you, there is kind of more communication. Here people appear to me as more independent and self-attendant. Again, clocks and time recover their importance in people’s agenda of the day. I’d say it reminds me a lot to my place.

-          You must see it as a place where western people can easily accommodate and integrate because this habitat and, at the same time, can live in a different scenario. Or as a peak of the Asian ability to grow and develop within the global environment.

-          Indeed you’re right. However, it shocks me that pedestrians obey traffic-lights, prices are fixed, buses arrive at the accurate schedule times, and streets, bathrooms and shops are so clean!!

-          Where did you say you are from?

-          Spain.

-          Ah, yes. Where unemployment and crisis are the main movie actors nowadays, aren’t they?

-          That’s the one.

-          I think that for you Europeans, Asia’s image is confusing.

-          Certainly, that has been my major surprise during my trip.

-          I’m glad you see it. Asia is wrongly conceived as one identity and - likewise Spaniards differ from Danes or Greeks- has many. Siberia, Japan, China, India, Thailand, Cambodia, Philippines are completely different from each other.

-          Add Singapore.

-          Of course.

-          Nevertheless, do not misunderstand me, but I prefer the Asian soul I felt in Vietnam, Cambodia, Thailand…

-          Probably for a trip like the one you are doing.

-          What do you mean?

-          I reply with a question: where would you live?

-          Humm, taught question. A good friend of mine would love to live here if that’s a valid answer.

-          Many people would. That is why Singapore must exist.

-          Fair enough. Thanks a lot. I am sorry if I stole your valued time.

-          You are welcome. You didn’t.

-          I hope you do not mind I transmit this to my people.

-          Of course not. In fact, words are one of the very few things that are not subject to taxes in this country. Enjoy the rest of your trip.

-          Have a good day and happy New Chinese Year.

martes, 17 de enero de 2012

MALASIA, CRUCE DE CAMINOS





Un malayo musulmán cruza, tras un comerciante indio, la calle de los armenios a la altura de un templo chino de camino a su mezquita en Georgetown, antiguo asentamiento inglés. ¡¡Selamat Datang a Malaysia!!


Más aun. Si atiendes al resto de tus sentidos, olerás las inigualables especies de los comercios indios, escucharás la llamada al rezo de los minaretes de las mezquitas, palparás los adornos del venidero año nuevo chino y paladearás delicias myonyas –combinación única de cocina malaya y china. Ésa es Malasia; un cruce de caminos de infinititas dimensiones, un crisol de culturas.

Ya sobre el mapa, Malasia se dibuja como puente entre la Asia continental de Tailandia, Camboya, China o India y la Asia insular de Singapore, Indonesia, Filipinas, Timor… Salpica, además, numerosos archipiélagos de paradisíacas islas y lanza sus tentáculos en Sarawa y Sabah, donde comparte isla con la afanosa Indonesia y el introvertido Brunei.   Enclave único que también atrajo a flotas como la holandesa, la portuguesa o la inglesa, culturas que dejaron de esta manera su inequívoca impronta. Sin ir más lejos, este país, de monarquía parlamentaria, se define como una federación de 15 estados que suman 25 millones de habitantes que, de forma armoniosa, crean una colorida diversidad de culturas sin igual. Con predominio malayo, chino e indio, pero con tintes indígenas de Kadaa, Iban o Sabah así como rasgos de ascendentes indonesios, todo ello espolvoreado con la blanca azúcar que añaden los extranjeros que vienen a estudiar al país (segundo país de Asia en recibir estudiantes universitarios foráneos), a sumarse al programa “Malasia, mi segundo hogar”, a invertir o, simplemente, a disfrutar de las maravillas naturales que esta región ofrece. Esta amalgama visual se vuelve irremediablemente fascinante cuando cobra voz. Las impredecibles combinaciones fonéticas llevarán al malayo a confundirse asiduamente con el mandarín, el cantonés o el hokkieniano dependiendo de donde te encuentres, sin que por ello esté exento de injerencias anglófonas y de guiños hindis o tamiles locales. Una banda sonora que acompaña a actores y actrices variopintamente envueltos en sensuales túnicas, comedidos burkas, florido algodón chino, impoluto fajín hindi o internacional vaquero. Y un decorado que, también inconfundiblemente, te recuerda que estás en un país musulmán donde la basura satura con excesiva frecuencia esquinas de comercios para regocijo de roedores de notable tamaño.

Cuando, aun absorto al llegar a este cruce de caminos, decides continuar, la oferta se transforma, una vez más, en un abanico repleto de tentadores destinos. La zona este en general y la noreste en particular se presenta como la menos desarrollada y auténtica. Sin embargo, en época de monzones, el riesgo de fuertes lluvias puede provocar evacuaciones de sus islas más idílicas como ocurrió mientras estaba yo allí. En ese momento cuando surgen otras candidaturas. La isla de Penang, creada por los ingleses es una Malasia a escala y así lo reconoce la Unesco. Escasos metros de asfalto separa las especies de los caldos, las túnicas de los algodones, la música de los faroles rojos, las estatuas de los budas, en definitiva, solo unos metros separa Little India de Chinatown. Ambos envueltos en el alma musulmana malaya. De igual manera, la isla tiene su zona montañosa en el interior, verdes humedales al oeste y paradisiacas playas al norte. Todo ello combinado con una variedad de frutas tropicales y ricos guisos que presumen de ser calificados como de los mejores de Malasia

La capital de la nación, Kuala Lumpur es interesante para un par de días. Puedes caminar por sus avenidas con las torres gemelas más altas del mundo como testigos para luego seguir un monorraíl que en unos minutos te deja en Chinatown o en algún mercado donde al torcer la esquina verás jóvenes malayas protegiéndose del sol con un paraguas al salir de una reluciente tienda india de anillos de oro. Dos horas más adelante te encontrarás de bruces con la historia de Malacca (Melaka). Su sello de Patrimonio Unesco se sustenta en las edificaciones portuguesas, casas coloniales inglesas y museos holandeses que compiten en protagonismo con los vivos dibujos de los patios de las casas que se asoman a sus canales mágicos. El bullicio, el humo, el chocolate dulce, la cerveza amarga y la música la ponen los puestos de mercado y locales de Jonker Walk que, cuales vampiros, saltan de sus escondites al caer el sol creando un hermoso mosaico que embauca a turistas y locales.

Gira la cabeza. Esa otra carretera te llevará a Cameron Highlands. Una especie de pueblo suizo en las montañas centrales de  Malasia donde, además de poder por fin ponerte manga larga, podrás perderte entre plantaciones de té negro, museos de mariposas, pueblos indígenas o paseos por junglas de fango y humus. La salida igual la encuentras tras horas por caminos asombrosos entre escaleras naturales, laberintos de raíces, cortinas de hojas enormes, cascadas de agua, hierbas medicinales y plantas carnívoras. Te quedarás sin argumentos para rechazar otras alternativas disponibles que yo no probé. Si es la eco-aventura lo que te mueve, encontrarás parques encantadores con acceso por barca para ver animales. Si es el deporte, golf, carreras de caballos o Formula 1 están a la orden del día. Como lo está el buceo en edenes salvajemente bellos en las cientos de islas que vigilan la Malasia continental. El escaparte culinario es un imán irresistible igualmente.

Como añadido especial, cuentas con que el inglés está ampliamente extendido y hace al viajero muy cómoda la estancia. Además, las comunicaciones por carretera son cómodas con múltiples de destinos a los que llegarán varios de los muchos touroperadores que hay o podrás usar las dos compañías de vuelo de bajo coste más la principal que cubre ampliamente la red de aeropuertos. El verde y la palmera inundan aquello donde no llegan sus dos mares. La gente es muy amable y, aunque ves pobreza y suciedad, notarás también su dignidad y su educación. En definitiva, Malasia es un buen destino para combinar naturaleza, modernidad y seguridad sin perder la esencia de Asia y sus peculiaridades. Y, sobre todo, un escaparate perfecto para comprobar que se puede convivir respetando a los demás. He preguntado a malayos de rasgos chinos que de qué nacionalidad se sienten y me contestan que de los dos: de origen chino pero nacidos en Malasia. Los indios te responderán lo mismo y los musulmanes se muestran más tolerantes aquí. Si bien también hay quien ve confrontaciones aun –lógicas, añadiría yo- y claman que hay 2 millones de ilegales de Bangladesh, Nepal y otros países menos desarrollados. Paralelamente hay un sentimiento de patriotismo por cuanto en todos los edificios públicos importantes la bandera de la Federación Malaya ondea junto a la de cada estado.

Un país, en pocas palabras, muy vivo. Su veleta de destinos es tan atractiva como variada y la mezcla de culturas un canto a la humanidad. Un dato significativo; se acercan dos semanas de celebraciones multitudinarias que refrendarán a buen seguro esta armonía. El 23 de enero será el Año Nuevo Chino; el 5 de febrero es la fecha del Año Nuevo Malayo y el 7 de febrero nacerá como el Año Nuevo Indio. ¿Necesitas más pruebas?


Tips:

¿Qué vi? = Kuala Lumpur, Malacca, Cameron Highlands, Penang Island.
¿Dónde dormí? = Hotel barato, albergue, tren cama, bus nocturno.
¿Qué comí? = Mee goreng, hamburguesa malaya con salsa picante y dulce, satay (pinchitos varios), Laksa Penang (sopa), kenpuyu (pescado) obleas de almendra y canela, zumos de frutas varias, comida y pan indios, mucho nasi (arroz) dumplings y caldos nyonyos.
¿A quién vi? = Además de los que llevaban el hotel de KL y el albergue de Georgetown -super amables-, compartí charla con Niel (Dinamarca), cervezas, bus, comidas y albergue con Chris (USA) y Stephanie (Francia) y cuarto, “motorino” y tres días de charla italiana-española-francesa-inglesa con Laura, Piero y Marco (Italia).
¿Qué traba encontré? = La lluvia y amenaza de monzón me impidió ir al noreste que es la zona menos desarrollada y más auténtica. Descubrir que estaba cerrada por temporada baja la montaña que pensábamos patear cuando habíamos hecho ya 2 horas de bus.
¿Qué me agradó? = La referida mezcla cultural es lo más llamativo por su convivencia. El paisaje, una vez más, absorbe. Malacca tiene un encanto especial por su canal, sus dibujos, sus mercados y el remanente portugués e inglés de la ciudad. Los adornos del venidero Año Nuevo Chino.
¿Qué me disgustó? = Quizá más basura, mal olor y ratas de la cuenta según qué zonas.
¿Qué medios usé? = Autobús de línea, urbano y VIP, tren de cercanías, tren cama, ferry, jeep, moto alquilada.
¿Kilómetros recorridos? = 683 km en tren, 1.393 en bus y jeep, 12 en ferry, 58 en moto y 28 andando.
¿Qué lado conducen? = Izquierda.
¿Precios? = Hotel 9 euros, albergue 4 euros (record: ¡2 euros el día con AA y agua caliente!), gasolina 48 ct/lit, botella de agua 40 ct, comer bien en restaurante medio 7 euros, en la calle por 2-3 euros. Tren cama: 10 euros unos 350 km.
Curiosidades = Se mezclan los idiomas en las conversaciones asiduamente, saltando con expresiones inglesas dentro de conversaciones malayas con desviaciones chinas frecuentes. Por la noche asoma la estandarización de locales de música machacona, precios de bebidas desorbitados y chicas provocativas que hay por toda Asia. Igualmente, hay muchos travestis.

lunes, 9 de enero de 2012

DE VACACIONES POR TAILANDIA.

Como suena; me tomé diez días de vacaciones. Antes de que me maldigáis por mi comentario, os explico el porqué de calificarlo así. En principio porque Tailandia no figuraba en mi quiniela inicial de destinos. Pensaba, y me equivoqué solo en parte, que era demasiado turístico y que estaría lleno de guiris que no es precisamente lo que más me atrae. Además, por falta de tiempo di prioridad a otros destinos. Sin embargo, una de las ventajas de este viaje es la flexibilidad y la libertad de poder ir donde quieras, dormir donde te apetezca –y te deje el presupuesto, claro-  y quedarte o irte según te pida el cuerpo. Añadiremos entonces que me llegaron bastantes comentarios de gente que había visitado el país y que hablaban maravillas del mismo. Además, es casi paso obligado si vas desde Indochina hacia la zona de Indonesia. Y un paso cómodo porque está más desarrollado que Camboya, Laos o incluso Vietnam, no necesitas visado y encuentras más gente que se defiende en inglés. Junto a esto, la dimensión temporal se alió con la variable espacio por cuanto el calendario pronosticaba navidades para el tramo de ruta que unía Camboya y Malasia. Y la guinda del pastel la pusieron los Reyes Magos. Y es que, todo hay que decirlo, manda huevos que haya que venir a Oriente a descubrir que los Reyes Magos son los padres. Pues los 4 Reyes (a mí es que me gusta salirme de lo clásico y lo de los tres está muy visto…) decidieron que mi regalo sería patrocinar generosamente un ascenso de mochilero a turista por unos días. Ante este aluvión de excusas decidí anteponer temporalmente lo carnal a lo espiritual y, tras 8 horas de bus y 3 de aduana de regalo, me planté la tarde de Nochebuena en la bulliciosa Bangkok.

Tras alojarme en un hotel de tarifa doble de lo que acostumbro (es decir, 10 euros la noche), me fui a cenar. En un restaurante moderado pero de reconocida cocina degusté una deliciosa receta de gambas y otros supuestos seres vivientes marinos al curry con salsa de coco. Todo ello en el propio coco. Tan típico como exquisito plato thai. Y brindé por vosotros con mi botella de Tiger. Un brindis al que se apuntó un par de mesas. En especial una de 5 jóvenes de recién estrenada segunda década de existencia y que muy amablemente (a pesar de no hablar apenas inglés) me llenaron un vaso más de cerveza y me ofrecieron unos aperitivos (¿quién dijo maíz o cacahuetes pudiendo degustar unas arremolinadas cucarachitas fritas y unos crujientes saltamontes salteados…?) para acompañar la cerveza y saludar al dúo musical que en directo me guiñó un par de canciones en inglés. La noche continuó por la famosa Khoasang Road, llena de locales de música, puestos de comida rápida, falsificadores de carnés y títulos varios, vendedores de discos pirata, mochileros en chanclas y tailandeses marchosos. Al día siguiente me planté en la zona del mercado de prostíbulos y salas de espectáculos libidinosos de Siom donde, sorprendentemente, las chicas no te molestan. Situadas a ambos lados de la calle y con su número cada una escoltan a los comerciales que, muestrario en mano, te ajustan el precio de la que quieras elegir. Para ser honesto, casi más triste que sensual. Aun así, como atracción turística, me escurrí asombrado en un antro donde realizaban exhibiciones de arrojar pelotas de pin-pong con la vagina. Sorpresa tan solo superada por el lanzamiento de dardos con el mismo exótico impulsor. Curioso.

Dos días después un tren cama de temperatura esquimal, un autobús propio de un museo de antigüedades, otro bus-discoteca de sonido envolvente Pioneer y extravagante diseño fucsia y un ferry con libertad para colgar los pies al aire, me llevaron a Koh Phi Phi. Este archipiélago, castigado severamente por el tsunami de 2004, está formado por tres islas de las cuales una está deshabitada y las otras dos unidas por un istmo con base de tierra y flora comercial compuesta por agencias de excursiones, tiendas, restaurantes, chiringos de música, albergues, casas de masaje y cubos de bebidas alcohólicas. Una pena que esto enturbie un paisaje espectacular que está reconocido como Paraje Nacional y en el que no existen los vehículos de motor, siendo las barcas los únicos medios de trasporte accesible más allá de las zapatillas. Para compensarlo, José –un marinero valenciano que conocí en el ferry- y yo nos fuimos a una cabaña a pocos metros de espléndida playa y enormes palmeras. Y, para integrarnos, nos embarcamos en una excursión que nos llevó a ver la otra isla, Koh Phi Phi Leh, donde, a pesar de todos los turistas, no supuso mucho sufrimiento nadar en aguas turquesas engullidas en pequeños fiordos, bucear en superficie entre un arcoíris de peces o descansar en una playa de finísima arena blanca. Añade a esto cenar al día siguiente con los pies en la arena y frente a un mar iluminado por antorchas y cuyas olas bailan al son de reggae por 8 euros y ya puedes olvidar que te pasaste a dormir a un albergue-antro rodeado por una cortina de grafitis, un peruano degustando los secretos bajos de cierta joven inglesita y una negrita de 120 kilos en canal debatiéndose entre la carcajada sin motivo aparente y el coma etílico.

Y, por aquello de no bajar el listón en Nochevieja, salté de isla en costa occidental a isla en la zona este. En este caso Koh Pha Ngan, archiconocido destino gracias a las fiestas de la Luna Llena donde la variedad gastronómica, alcohólica, fumística y pastillística no tiene límites. Como era de esperar, no le fue a la zaga la mágica última noche del año. Conforme caía la noche, la marea cedía terreno asustada ante el desembarco bárbaro de miles de turistas (en su mayoría británicos, israelíes y australianos) provenientes de cualquier rincón de la isla y de otras islas cercanas embarcados hasta aquí tan solo para esta noche. El avituallamiento lo componen cubos pequeños de alcohol de anónimo origen junto a refresco e hielo. El protocolo marca venir en bañador, chanclas y con la cara pintada. La banda sonora la aportan los repetidos altavoces de música machacona y el objetivo de no dejar arena a la vista se ve cumplido por la muchedumbre. Todo ello aderezado con una cuenta atrás multitudinaria que dio paso a unos fuegos artificiales inolvidables que se transformaron en una llamativa lluvia de eléctricos colores que se reflejaban en el cercano mar antes de zambullirse en él. A falta de uvas verdes, un buen puñado de uvas pasas os felicitaron el año a todos 6 horas antes que los de Telecinco. El desfase se apoderó de la isla en un show curioso de contemplar donde todos los desconocidos nos felicitamos efusivamente el año, los más atrevidos saltaban una comba de fuego, los vendedores de bebidas no daban abasto, las tentaciones carnales desbordaban bañadores no muy lejos de la orilla o en el mismo cuarto que otras literas más allá y las vendas iban preparándose para todas las firmas que iban dejando en los pies de los turistas las botellas rotas y demás enseres de la arena.

El día 1, además de una larga dormilona en un cuarto sorprendentemente despoblado tras la ocupación de horas antes, trajo de regalo una tormenta tropical que dejó sin luz la isla en más de una ocasión. Una lluvia que, lejos de avisar, se deja caer de repente provocando verdaderas balsas de agua que aun así no detiene a los últimos fiesteros. Una lluvia que continuó los dos días siguientes donde embarqué en el ferry camino de Malasia con las dos mochilas, los pies con las chanclas empapadas por lluvia y charcos y el sabor de dejar atrás un país muy bonito, cómodo y económico, pero cuya visión la enturbió un poco tanto turista. No has leído de zonas culturales (que las hay y muchas), de huellas imborrables (que a mucha gente sí le han marcado) ni de encuentros especiales con gente local (que a buen seguro sería fácil en otra época, pues son muy amable y hospitalarios). Fue salirse un poco del guión del viaje y, cual coche que acelera para adelantar y luego cuesta domar hasta la velocidad crucero, lleva unos días volver al espíritu de esta aventura. Aun así, la tierra (Land) de los hombres libres (Thai) es un buen destino turístico porque mezcla la esencia de esta parte del mundo con algo de modernismo y mejores infraestructuras.


Tips:

¿Qué vi? = Bangkok, Koh Phi Phi Dom, Koh Phi Phi Leh, Koh Pha Ngan (Tongsala, Ban Tai, Hat Rin) 
¿Dónde dormí? = Hoteles medianos, cabaña, tren cama, albergue, colchón en casa privada, bus nocturno.
¿Qué comí? = Mariscos en salsa curry y de coco, sopa variada al coco, masaman curry de ternera, BBQ, frutas tropicales –lansaj, makut, nog- y bebí ¡¡los famosos Bucket!!
¿A quién vi? = Mucha gente extranjera, el marinero José y la casera Kiet.
¿Qué traba encontré? = Precios más caros y mucha gente para desplazarse motivado por las fechas. Tormentas tropicales.
¿Qué me agradó? = El paisaje es espectacular tanto en las islas como en la zona peninsular donde las palmeras brotan por todos lados. Las playas son igualmente únicas y más si te das un masaje tailandés a pie de orilla (¡Ups! ¿No os lo había dicho?). Lo exótico de la celebración de los días señalados de navidad. Los fuegos artificiales literalmente sobre el agua del mar. Vuestras felicitaciones.
¿Qué me disgustó? = Mucho borracho pero controlable y lo comercializado que están parajes como la Isla de Koh Phi Phi.
¿Qué medios usé? = Autobús de línea, autobuses urbanos, tren cama, minibús, tuk-tuk, ferry, barca, moto alquilada.
¿Kilómetros recorridos? =  614 km en tren, 956 en bus, 170 en ferry y 27 en otros.
¿Qué lado conducen? = Izquierda.
¿Precios? = Hoteles 10 euros, gasolina 95 ct/lit, botella de agua 40 ct, comer bien en restaurante medio 9 euros, en la calle por 2-3 euros. Tren cama: 38 euros unos 600 km.
Curiosidades = Cuando se está lejos agrada recibir mensajes de felicitación así que desde aquellos que lo hicieron el día 29 hasta los que se acordaron a la semana, muchas gracias por vuestros mensajes y llamadas. He tratado de responder a todos pero la señal, debido al mal tiempo, no era buena así que no sé si salieron todas las respuestas (perdón a los que no les llegara). En cualquier caso, muy agradecido.

lunes, 2 de enero de 2012

CAMBODIA. FINALLY STANDING UP?

CAMBODIA 1969-1979.



-        Cambodian Communist Government reinforces relationship with China and North Vietnam giving its back to Thailand and the USA.
-        Consequence: USA B-52 bombers constantly kill thousands of civil Cambodian people officially in seeking for Viet Cong forces. One of the worst massacres during the second half of twentieth century.
-        As a result, the people support the Khmer Rouge rebellion army which liberates the country capital, Phnom Penh, on April the 17th, 1975. The citizens welcomed this on the streets waving arms.
-        Only two days later soldiers, weapons in hands, evacuate nearly two million people from Phnom Penh. The reason giving: an oncoming US bombing mission and a strategy to reallocate skilled persons to upgrade the country situation and economy. The hidden reality: Any talented person, someone who spoke another language or simply wore glasses was considered traitor o “contaminated by Western mentality”.
-        94 torture camps were secretly created within the country. The most popular was Toul Sleng (known as S-21), a school transformed into a horrendous prison where thousands of teachers, doctors and others were assassinated. Some others were sent to killing fields where they would die days after.
-        Between 2 and 3 million Cambodians (out of a population of 12 million) were exterminated during the Pol Pot period (1975-1979).
-        Ironically, the country was named as Democratic Kampuchea.
-        Those who survived had to work on the fields to maintain a country that closed all the borders (one flight to Beijing every two weeks was the only exception), abolished the use of money and almost left people without health assistance (only Cambodian traditional “pure” cares were allowed whereas the members of the leading Angkar had occidental treatments in China)
-          Young lads were invited to join the army in the search of more traitors. First test to join: find a member of your family suspicious and kill him or her. Many parents died from their children’s guns.
-          December 1978. Vietnam army conquers Cambodia. Pol Pot rebellion forces still fights till 1989.


CAMBODIA 1989.

-        Vietnam left a communist leader in Cambodia before allowing independence.
-        Cambodia decides to slowly open to the rest of the nations. Pens seem to substitute guns after many years.
-        However, the new government refuses taking Pol Pot and other Khmer Rouge Group leaders to court against United Nations instructions.
-        Nevertheless, due to the genocide Cambodia lacks of skilled professionals. Due to the isolating policy, there is no trade with the nearby nations. And due to the war, the country reaches high rates of poverty.


CAMBODIA 1998 - 2010.


-        Cambodia decides to accept the rest of the world countries requirements and takes Pol Pot, Duch (S-21 responsible) and others to Justice. Not all of them, though. (In fact, some of them are still waiting for verdict nowadays).
-        By doing this the WB, IMF, UNESCO or the UN finally shake hands in the new century to Cambodia which receive loans, white funds, charity assistance and cultural recognition to promote heritages such as Phnom Penh sites or Angkor Park.

 
CAMBODIA 2012.

-        This is the first generation in 30 years to live in peace.
-        There is a long way ahead to educate people, fight poverty, erase corruption and develop the country. First steps are done, though.
-        Tourism and investment slowly grows up.
-        Angkor Wat and Angkor Park is nowadays considered the best ancient temple area in the whole Asia.

-        Now you may understand why some people beg for money, why lads play football shoeless, why the prostitution or why some kids walk naked.

-        What you do not fully comprehend is –after all these facts- what in heaven makes Cambodians smile at you, adults kindly accept tourist behaving and children approach you in English so respectfully and politely. Isn’t it a good lesson?



TIPS:

I saw? = Phnom Penh, Tuol Sleng Prison, Choeung Ek killing field, Siem Reap (Angkor Park)
I slept? = Guesthouses.
I ate? = Hamok (fish) with rice, Meat pate sandwiches, Seafood noodles, BBQ chicken sticks, banana & chocolate crepe, a lot of fruit, Spanish omelet.
Troubles? = Hot and humid. Nothing, indeed.
I met? = Many nice people and very polite children. Sopay, the owner of that smile. The day after TVs announced the North Korean leader’s death, I met a nice South Korean lady who told me about the relationship with North Korea.
Like most? = Angkor is simply outstanding. Cycling around the park for some days is definitely the best way to enjoy it as you can stop anywhere. You can enjoy the temples at their best as you can climb, sit or even rest anywhere. The friendly people. My first 4 hands massage.
Disliked most? = I had a wonderful time with two kids that approached me and talked to me (in Cambodian) for nearly half an hour. Then they went with their parents waving me goodbye. Ironically, just a few minutes later, on my way to my hostel, a man came to me to offer me teenagers for sex. Spending one night with a 13 years old girl will only cost you 60 €; one hour for 30 €, this bastard said. It upset me for the rest of the night.
Transport means? = Bus, tuk-tuk, bike, minivan.
Side they drive? = Right hand side.
Bric-a-brac? = As per my t-shirt, I cooked Spanish food at the guesthouse in Siem Reap and got the room for free. Besides, it became funny buying the ingredients at local market; bargain with sellers and buyers in each other’s language as I was the only foreigner.
My Prices? = Hotel room: 6 € a night. 350 km bus ticket: 8 €. Food: 3-5 €. Bottle of water: 0,2 €. Tuk-tuk: 5 € 25 km + waiting. Petrol: 93 cents/l.