lunes, 9 de enero de 2012

DE VACACIONES POR TAILANDIA.

Como suena; me tomé diez días de vacaciones. Antes de que me maldigáis por mi comentario, os explico el porqué de calificarlo así. En principio porque Tailandia no figuraba en mi quiniela inicial de destinos. Pensaba, y me equivoqué solo en parte, que era demasiado turístico y que estaría lleno de guiris que no es precisamente lo que más me atrae. Además, por falta de tiempo di prioridad a otros destinos. Sin embargo, una de las ventajas de este viaje es la flexibilidad y la libertad de poder ir donde quieras, dormir donde te apetezca –y te deje el presupuesto, claro-  y quedarte o irte según te pida el cuerpo. Añadiremos entonces que me llegaron bastantes comentarios de gente que había visitado el país y que hablaban maravillas del mismo. Además, es casi paso obligado si vas desde Indochina hacia la zona de Indonesia. Y un paso cómodo porque está más desarrollado que Camboya, Laos o incluso Vietnam, no necesitas visado y encuentras más gente que se defiende en inglés. Junto a esto, la dimensión temporal se alió con la variable espacio por cuanto el calendario pronosticaba navidades para el tramo de ruta que unía Camboya y Malasia. Y la guinda del pastel la pusieron los Reyes Magos. Y es que, todo hay que decirlo, manda huevos que haya que venir a Oriente a descubrir que los Reyes Magos son los padres. Pues los 4 Reyes (a mí es que me gusta salirme de lo clásico y lo de los tres está muy visto…) decidieron que mi regalo sería patrocinar generosamente un ascenso de mochilero a turista por unos días. Ante este aluvión de excusas decidí anteponer temporalmente lo carnal a lo espiritual y, tras 8 horas de bus y 3 de aduana de regalo, me planté la tarde de Nochebuena en la bulliciosa Bangkok.

Tras alojarme en un hotel de tarifa doble de lo que acostumbro (es decir, 10 euros la noche), me fui a cenar. En un restaurante moderado pero de reconocida cocina degusté una deliciosa receta de gambas y otros supuestos seres vivientes marinos al curry con salsa de coco. Todo ello en el propio coco. Tan típico como exquisito plato thai. Y brindé por vosotros con mi botella de Tiger. Un brindis al que se apuntó un par de mesas. En especial una de 5 jóvenes de recién estrenada segunda década de existencia y que muy amablemente (a pesar de no hablar apenas inglés) me llenaron un vaso más de cerveza y me ofrecieron unos aperitivos (¿quién dijo maíz o cacahuetes pudiendo degustar unas arremolinadas cucarachitas fritas y unos crujientes saltamontes salteados…?) para acompañar la cerveza y saludar al dúo musical que en directo me guiñó un par de canciones en inglés. La noche continuó por la famosa Khoasang Road, llena de locales de música, puestos de comida rápida, falsificadores de carnés y títulos varios, vendedores de discos pirata, mochileros en chanclas y tailandeses marchosos. Al día siguiente me planté en la zona del mercado de prostíbulos y salas de espectáculos libidinosos de Siom donde, sorprendentemente, las chicas no te molestan. Situadas a ambos lados de la calle y con su número cada una escoltan a los comerciales que, muestrario en mano, te ajustan el precio de la que quieras elegir. Para ser honesto, casi más triste que sensual. Aun así, como atracción turística, me escurrí asombrado en un antro donde realizaban exhibiciones de arrojar pelotas de pin-pong con la vagina. Sorpresa tan solo superada por el lanzamiento de dardos con el mismo exótico impulsor. Curioso.

Dos días después un tren cama de temperatura esquimal, un autobús propio de un museo de antigüedades, otro bus-discoteca de sonido envolvente Pioneer y extravagante diseño fucsia y un ferry con libertad para colgar los pies al aire, me llevaron a Koh Phi Phi. Este archipiélago, castigado severamente por el tsunami de 2004, está formado por tres islas de las cuales una está deshabitada y las otras dos unidas por un istmo con base de tierra y flora comercial compuesta por agencias de excursiones, tiendas, restaurantes, chiringos de música, albergues, casas de masaje y cubos de bebidas alcohólicas. Una pena que esto enturbie un paisaje espectacular que está reconocido como Paraje Nacional y en el que no existen los vehículos de motor, siendo las barcas los únicos medios de trasporte accesible más allá de las zapatillas. Para compensarlo, José –un marinero valenciano que conocí en el ferry- y yo nos fuimos a una cabaña a pocos metros de espléndida playa y enormes palmeras. Y, para integrarnos, nos embarcamos en una excursión que nos llevó a ver la otra isla, Koh Phi Phi Leh, donde, a pesar de todos los turistas, no supuso mucho sufrimiento nadar en aguas turquesas engullidas en pequeños fiordos, bucear en superficie entre un arcoíris de peces o descansar en una playa de finísima arena blanca. Añade a esto cenar al día siguiente con los pies en la arena y frente a un mar iluminado por antorchas y cuyas olas bailan al son de reggae por 8 euros y ya puedes olvidar que te pasaste a dormir a un albergue-antro rodeado por una cortina de grafitis, un peruano degustando los secretos bajos de cierta joven inglesita y una negrita de 120 kilos en canal debatiéndose entre la carcajada sin motivo aparente y el coma etílico.

Y, por aquello de no bajar el listón en Nochevieja, salté de isla en costa occidental a isla en la zona este. En este caso Koh Pha Ngan, archiconocido destino gracias a las fiestas de la Luna Llena donde la variedad gastronómica, alcohólica, fumística y pastillística no tiene límites. Como era de esperar, no le fue a la zaga la mágica última noche del año. Conforme caía la noche, la marea cedía terreno asustada ante el desembarco bárbaro de miles de turistas (en su mayoría británicos, israelíes y australianos) provenientes de cualquier rincón de la isla y de otras islas cercanas embarcados hasta aquí tan solo para esta noche. El avituallamiento lo componen cubos pequeños de alcohol de anónimo origen junto a refresco e hielo. El protocolo marca venir en bañador, chanclas y con la cara pintada. La banda sonora la aportan los repetidos altavoces de música machacona y el objetivo de no dejar arena a la vista se ve cumplido por la muchedumbre. Todo ello aderezado con una cuenta atrás multitudinaria que dio paso a unos fuegos artificiales inolvidables que se transformaron en una llamativa lluvia de eléctricos colores que se reflejaban en el cercano mar antes de zambullirse en él. A falta de uvas verdes, un buen puñado de uvas pasas os felicitaron el año a todos 6 horas antes que los de Telecinco. El desfase se apoderó de la isla en un show curioso de contemplar donde todos los desconocidos nos felicitamos efusivamente el año, los más atrevidos saltaban una comba de fuego, los vendedores de bebidas no daban abasto, las tentaciones carnales desbordaban bañadores no muy lejos de la orilla o en el mismo cuarto que otras literas más allá y las vendas iban preparándose para todas las firmas que iban dejando en los pies de los turistas las botellas rotas y demás enseres de la arena.

El día 1, además de una larga dormilona en un cuarto sorprendentemente despoblado tras la ocupación de horas antes, trajo de regalo una tormenta tropical que dejó sin luz la isla en más de una ocasión. Una lluvia que, lejos de avisar, se deja caer de repente provocando verdaderas balsas de agua que aun así no detiene a los últimos fiesteros. Una lluvia que continuó los dos días siguientes donde embarqué en el ferry camino de Malasia con las dos mochilas, los pies con las chanclas empapadas por lluvia y charcos y el sabor de dejar atrás un país muy bonito, cómodo y económico, pero cuya visión la enturbió un poco tanto turista. No has leído de zonas culturales (que las hay y muchas), de huellas imborrables (que a mucha gente sí le han marcado) ni de encuentros especiales con gente local (que a buen seguro sería fácil en otra época, pues son muy amable y hospitalarios). Fue salirse un poco del guión del viaje y, cual coche que acelera para adelantar y luego cuesta domar hasta la velocidad crucero, lleva unos días volver al espíritu de esta aventura. Aun así, la tierra (Land) de los hombres libres (Thai) es un buen destino turístico porque mezcla la esencia de esta parte del mundo con algo de modernismo y mejores infraestructuras.


Tips:

¿Qué vi? = Bangkok, Koh Phi Phi Dom, Koh Phi Phi Leh, Koh Pha Ngan (Tongsala, Ban Tai, Hat Rin) 
¿Dónde dormí? = Hoteles medianos, cabaña, tren cama, albergue, colchón en casa privada, bus nocturno.
¿Qué comí? = Mariscos en salsa curry y de coco, sopa variada al coco, masaman curry de ternera, BBQ, frutas tropicales –lansaj, makut, nog- y bebí ¡¡los famosos Bucket!!
¿A quién vi? = Mucha gente extranjera, el marinero José y la casera Kiet.
¿Qué traba encontré? = Precios más caros y mucha gente para desplazarse motivado por las fechas. Tormentas tropicales.
¿Qué me agradó? = El paisaje es espectacular tanto en las islas como en la zona peninsular donde las palmeras brotan por todos lados. Las playas son igualmente únicas y más si te das un masaje tailandés a pie de orilla (¡Ups! ¿No os lo había dicho?). Lo exótico de la celebración de los días señalados de navidad. Los fuegos artificiales literalmente sobre el agua del mar. Vuestras felicitaciones.
¿Qué me disgustó? = Mucho borracho pero controlable y lo comercializado que están parajes como la Isla de Koh Phi Phi.
¿Qué medios usé? = Autobús de línea, autobuses urbanos, tren cama, minibús, tuk-tuk, ferry, barca, moto alquilada.
¿Kilómetros recorridos? =  614 km en tren, 956 en bus, 170 en ferry y 27 en otros.
¿Qué lado conducen? = Izquierda.
¿Precios? = Hoteles 10 euros, gasolina 95 ct/lit, botella de agua 40 ct, comer bien en restaurante medio 9 euros, en la calle por 2-3 euros. Tren cama: 38 euros unos 600 km.
Curiosidades = Cuando se está lejos agrada recibir mensajes de felicitación así que desde aquellos que lo hicieron el día 29 hasta los que se acordaron a la semana, muchas gracias por vuestros mensajes y llamadas. He tratado de responder a todos pero la señal, debido al mal tiempo, no era buena así que no sé si salieron todas las respuestas (perdón a los que no les llegara). En cualquier caso, muy agradecido.

10 comentarios:

  1. Vaya!! Unas navidades exóticas... Nada de nieve, trineos y señores gordos vestidos de rojo entonando el "Jo, Jo, Joooo". Mooooola!!!

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  2. Hola Diegooooooo, qué maravilla de país de contrastes. No está mal la juerguecita que te has pegao en fin de año ehhhh¡¡¡¡.
    Oye lo de disparar las pelotas de ping pong con la vagina me ha gustado tanto que voy a recoger firmas para que lo hagan deporte olímpico.
    Un abrazo y cuídate campeón

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  3. Navidades y Nochevieja bien distintas a lo que aquí puedas tener... esa era la idea del viaje, no? Queremos fotos de todo eso!!!!

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  4. Eres un bandido¡¡, dices que no lo tenías previsto y de pronto te metes en pleno fregao. Menudo rapaz estás hecho. Compórtate, que yo soy muy conocido por esas tierras, por favor. Los Reyes te lo facilitaron pero tu te lo has montado "rezando" por lo que veo. De todas formas es de agradecer tu franqueza. Seguimos esperando tu regreso, ya casi sin ansiedad, visto lo visto. Un besote grande grande.

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  5. Impresionante todo. Nos hizo mucha ilusión a Angela y a mi que escucharte hablar por teléfono en nochevieja y desde el quinto ... pino. Es que la tecnología avanza que...

    Bueno que ya se te han acabado las vacaciones así que a seguir currando como estas ultimas semanas, jeje

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  6. Pues sí mola, sí. Auténtico de verdad y, en efecto, disfrutando un poco de todo, de lo previsto y de los imprevistos.
    Papi, que igual tardo un poquillo más ¿eh? Ya si acaso te mando un sms si veo que ser va a retrasar el avión...
    Si, Ilde, ha sido duro seguir por Malasia visitando ciudades Patrimonio Unesco, playas deshabitadas y pasando calor. Pero qué le vamos a hacer. Habrá que llevar la cuesta de enero como mejor se pueda....

    BC

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  7. Rosendo, I helped you escape from the hair dresser this year. I hope the Ministery duties let you free for next year and come to Juandi's party using the new "Pushdown-the-dogs" tunnels. I may do a premier in NZ as you suggest just for testing. Take care the 4 of you.

    BC

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    Respuestas
    1. I thought you would be coming from Eastern Asia soon, but i've seen in the Juandi's world map that you've still a lot of work to do: Chile, Perú, Brazil,... and new steps you may add. But, in the end, Barajas will be waiting for you. Tell me when you are arriving. I mean, in March or so.
      Go on enjoying!!!

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    2. That is right, I thought I could stay a bit longer around here. Chile will not be long, though. Only a week in Santiago and Easter Island. That March or so is rather the latest... Anyway I hope I can meet you there. In fact, I have the flight from Rio to Madrid but have not booked the conection to Malaga yet so I can leave some time free

      BC

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    3. So be free to stay at home some days. You could show as photos or whatever, and eat together a Yolanda's meal. I promise you the children wouldn't disturb as in the morning, they have to go to the school while we rest (you know, I have to rest too).

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